Preocupante rechazo de proyecto

Debemos ser capaces de combinar altos estándares ambientales y el desarrollo de grandes proyectos estratégicos.

Pero ese beneficio sistémico y ambiental -considerando el aporte del proyecto a los planes de descarbonización nacional- no tuvo la condición de proporcionalidad que el mismo Gobierno intenta impulsar en su proyecto de mejoras en el sistema de permisos, y que busca agilizar la tramitación de proyectos estratégicos para el desarrollo sostenible del país. Por el contrario, del análisis de los antecedentes se desprende que la iniciativa se rechazó por observaciones sectoriales que en su gran mayoría pudieron estar condicionadas a soluciones por parte del titular, entrampando así indefinidamente una infraestructura clave para reducir la gran brecha que nos separa de los objetivos autoimpuestos para las próximas dos décadas. Todo esto, luego de un largo proceso de casi cuatro años de evaluación, junto con tres participaciones ciudadanas. No podemos caer en la paradoja de que salvaguardar el medio ambiente termine dañándolo, retrasando meses, e incluso años, la infraestructura que nos permitirá transportar de forma segura y con calidad la cantidad exponencial de energía renovable que ya se generará en el futuro. Debemos ser capaces de combinar altos estándares ambientales y el desarrollo de grandes proyectos estratégicos.

La decisión de la autoridad ambiental es un ejemplo más de las aprensiones que el sector privado tiene respecto del sistema de evaluación de proyectos y la necesidad de modificarlo para incrementar los alicaídos índices de inversión. Hace pocos días, en Enade, el Presidente Boric planteó a los presidentes del Senado y la Cámara la necesidad de acordar una agenda para agilizar la tramitación de los proyectos de ley que tengan impacto con el crecimiento y la inversión. Es de esperar que dicho llamado se concrete.